El arte toma el mundo y lo remodela, lo convierte, se apropia de los elementos y le incorpora significación, una que no estaba antes de que la obra irrumpiera.
Los artistas visuales que se mueven entre disciplinas son cultores de una forma de ver el mundo y entregárselo al observador, quien hará de esa expresión una circulación entre sentidos que son parte de las características de una obra única.
El artista se nutre de algo que ya estaba, pero que su particular visión, conmueve en una retroalimentación estética entre formas y elementos que generan una dinámica que de alguna manera conmueve los sentidos.
Las significación de arte es siempre esa particular forma de entregar una expresión, una estética, donde la estrategia es llegar al espectador y neutralizar la indiferencia.
Con la idea de incidir con un lenguaje que se aprecia con los ojos, los artistas visuales cuentan con impresionantes recursos, de la mano de la tecnología, programas preparados para estimular el arte, la fantasía, sin embargo, las obras que más atraen la atención, siguen siendo las que surgen del viejo método, la pintura en tela, acrílico, témperas, dibujos y cualquier elemento que se adhiera a la tela, un mundo plano que puede convertirse a tres dimensiones, ya sea porque los elementos sobresalen de la tela o porque la obra está concebida en formas volumétricas, por aproximación o semejanza a formas de la geometría, la matemáticas y su función más compleja, el tiempo, es un modo de expresar lo que parece una contradicción, ¿se puede atrapar algo que no se detiene?, el tiempo, es elusivo aún en su definición, los científicos son capaces de indicar que el tiempo es luz, justo la clase de material artístico del que se valen las expresiones visuales, entonces, los artistas visuales bien podrían ser intérpretes, navegantes del tiempo; los artistas atraviesan una grieta del tiempo y nos revelan una imagen posible.
En la obra de la artista plástica Silvia Albuixech, encontré esa versión sensible del mundo que abre un pliegue en el tiempo, expresa sus aristas, una percepción visual con el tradicional recurso del acrílico, “Retratos del tiempo”, el de la serie VII, Monte de ilusiones, la criatura que se mimetiza entre elementos, el elusivo tiempo que es luz, y la ineludible maquinaria de la modernidad; en la grieta, la naturaleza es también fractal, una incesancia; como si de la función estética, se volviera a la ritual, la serie completa de esta obra Retratos del tiempo, circula entre el futuro, el pasado y el presente entre elementos constitutivos visuales de pertenencia y repeticiones de formas y colores y abandonarse a la experiencia, tal como comenté en mi nota sobre Arte abstracto; los sentidos se verán impactados por una reverberación inmanente más allá del plano de esta realidad que de repente puede integrarse a la lujuria visual.
Estamos hechos de esto también, de pregnancia, un equilibrio delicado entre la percepción y el placer de la percepción cuando despierta ante el impacto de una imagen y nos sorprende.